La capital colombiana se convierte en un referente de conciencia ambiental con iniciativas que impulsan la reutilización, el reciclaje textil y la producción sostenible. Descubra las historias y proyectos detrás de esta transformación.
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En Bogotá, la moda circular se ha consolidado como una respuesta directa al impacto ambiental generado por el fast fashion, fenómeno que domina la industria textil global. Este modelo sostenible, que apuesta por la reutilización, el reciclaje y el consumo responsable, ha ido ganando terreno gracias a iniciativas de emprendedores, organizaciones sociales, empresas privadas e incluso políticas públicas.
La industria textil es la segunda más contaminante del mundo, según datos de la ONU. Sus altas emisiones de carbono y la generación masiva de residuos han llevado a la ciudad a implementar estrategias para transformar su relación con la moda. Desde la creación de redes empresariales hasta el impulso de emprendimientos sociales, Bogotá se ha convertido en un epicentro de innovación textil sostenible.
La moda circular en cifras y acciones concretas
En el relleno sanitario Doña Juana, se dispusieron más de 147.000 toneladas de residuos textiles en un solo año, una cifra alarmante que evidencia la necesidad de adoptar prácticas circulares. Para contrarrestar este problema, surgieron proyectos como la Red Moda Circular, liderada por la Alcaldía de Bogotá, la Cámara de Comercio y Fenalco Bogotá. Este programa acompaña técnicamente a empresas del sector moda para implementar modelos sostenibles que fomenten la producción responsable y el reciclaje textil.
Por otro lado, el Concejo de Bogotá aprobó en 2024 el proyecto Armario Solidario, que busca fortalecer la logística de recolección de ropa y expandir los puntos de acopio en centros comerciales y parques emblemáticos como Mundo Aventura. Actualmente, existen nueve puntos dedicados a esta labor.
Empresas y emprendimientos que marcan la diferencia
En el ámbito privado, emprendimientos como No lo botes y Prendas Únicas han liderado el cambio. No lo botes, fundado hace solo tres meses, ha logrado vender ropa de alta gama a precios accesibles, como un traje Hugo Boss, que normalmente cuesta seis millones de pesos, vendido por solo 300.000. Por su parte, Prendas Únicas comenzó en 2019 como un pequeño proyecto de venta de ropa usada por internet y ahora cuenta con un local físico que ofrece prendas en consignación y de contado.
En Teusaquillo, Clothe, una ONG dirigida por Camila Morentres, recolecta donaciones de ropa y calzado, transformándolas en piezas útiles para comunidades vulnerables o para su reventa en mercados alternativos.
Mercados populares y reciclaje textil en Bogotá
Además de los emprendimientos formales, los mercados populares de ropa usada son un pilar de la moda circular en Bogotá. En sectores como San Victorino, Las Pulgas de San Alejo y Las Aguas, se ofrecen prendas a precios que van desde 1.000 pesos hasta montos más altos, dependiendo de la calidad y la marca. Estos espacios no solo promueven la reutilización, sino que también son un reflejo de la economía popular.
Educación y transformación textil
La Secretaría Distrital de Ambiente ha impulsado proyectos como los negocios verdes y ferias de moda sostenible. En 2024, la III Feria de Moda Sostenible logró recolectar más de 78 kilos de ropa y zapatos en desuso. Este material fue destinado tanto a comunidades necesitadas como a procesos de transformación en nuevos productos.
Una de las participantes destacadas de esta feria es Claudia Patricia Jiménez, quien lidera el colectivo Distrito Patchwork. A través de técnicas como el patchwork y el upcycling, Claudia reutiliza telas para crear bolsos, chaquetas y accesorios. Su trabajo la llevó a participar en la pasarela Colombia Moda 2024, donde presentó diseños hechos con tela militar reciclada.
Un modelo a seguir para la sostenibilidad
La moda circular en Bogotá es más que una tendencia; es un movimiento que integra conciencia ambiental, innovación y economía. Desde pequeños talleres hasta grandes iniciativas gubernamentales, la ciudad demuestra que es posible reducir el impacto ambiental de la industria textil mientras se generan oportunidades económicas.
Con cada prenda reutilizada o reciclada, Bogotá da un paso hacia un futuro más sostenible, convirtiéndose en un referente para otras ciudades que buscan alternativas responsables en el consumo de moda.
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