Israel intensifica su estrategia militar en Cisjordania inspirándose en las lecciones de Gaza, mientras Naciones Unidas advierte sobre las condiciones críticas en el campamento de refugiados de Yenín.
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El martes, el Ejército israelí lanzó una operación militar masiva en la ciudad palestina de Yenín y su campamento de refugiados, en Cisjordania ocupada, que ha resultado en la muerte de al menos 10 palestinos, incluido un adolescente de 16 años. Esta incursión marca un cambio en la estrategia de seguridad israelí, según afirmó el ministro de Defensa, Israel Katz, quien señaló que la operación "Muro de Hierro" refleja las lecciones aprendidas durante las incursiones en Gaza.
"La operación en Yenín busca eliminar a los terroristas y destruir su infraestructura para garantizar que no resurjan amenazas al finalizar la misión", explicó Katz. Las fuerzas israelíes, apoyadas por helicópteros, vehículos blindados y francotiradores, enfrentaron una intensa resistencia por parte de milicianos palestinos y residentes locales. Además, las excavadoras israelíes han destruido calles, infraestructura eléctrica y avenidas principales del campamento, donde viven unas 14.000 personas.
Impacto humanitario y denuncias de desplazamiento
El alcalde de Yenín, Muhamad Yarar, denunció que las fuerzas israelíes han instado a los residentes a abandonar sus hogares y desplazarse hacia la localidad de Burqín, utilizando altavoces para solicitar la evacuación. Esta afirmación contrasta con lo señalado por el portavoz del Ejército israelí, Nadav Shoshani, quien aseguró que no existe ninguna orden de evacuación obligatoria, pero que los civiles pueden marcharse si lo desean por razones de seguridad.
Organizaciones internacionales, como la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), han advertido sobre las condiciones cada vez más precarias en el campamento. Roland Friedrich, director para Cisjordania de la UNRWA, describió la situación como "casi inhabitable" debido a los destrozos y la inseguridad. Además, señaló que las nuevas leyes israelíes obstaculizan gravemente la coordinación de acceso humanitario en la región y podrían poner en peligro el reciente alto el fuego alcanzado en Gaza.
Estrategia militar y el contexto geopolítico
La incursión en Yenín se enmarca en un contexto de tensiones crecientes en Cisjordania, considerada por Israel como Judea y Samaria en sus términos oficiales. La región, bastión de la resistencia armada palestina, ha sido escenario de redadas recurrentes en los últimos meses. Según Katz, la operación busca prevenir la formación de un "frente terrorista" al este de Israel, en referencia a las acusaciones contra Irán y el Islam sunita radical de suministrar armas y apoyo a las milicias palestinas.
Este enfoque militar ha generado críticas por parte de la comunidad internacional, que cuestiona la proporcionalidad de las operaciones y sus consecuencias para la población civil. Las acciones del Ejército israelí en Yenín evocan paralelismos con las incursiones previas en la Franja de Gaza, que dejaron en el pasado profundas heridas humanitarias y críticas sobre su manejo de la seguridad.
El desafío humanitario y político
Mientras continúan los enfrentamientos en Yenín, el costo humano de la operación se hace cada vez más evidente. Las denuncias de desplazamientos forzados, la destrucción de infraestructura y las restricciones al acceso humanitario complican aún más una situación ya crítica para los palestinos de la región.
Además, las implicaciones políticas de estas acciones resuenan más allá de Cisjordania, afectando las relaciones internacionales de Israel y el frágil equilibrio en la región. La comunidad internacional sigue observando de cerca, preocupada por el impacto de estas medidas en los esfuerzos de paz a largo plazo y en las condiciones de vida de los palestinos.
En medio de esta operación, la vida cotidiana de los habitantes de Yenín se ve gravemente alterada, mientras persiste la incertidumbre sobre el alcance y las consecuencias de esta nueva fase del conflicto. La región, marcada por décadas de tensiones y enfrentamientos, enfrenta nuevamente una profunda crisis que pone en jaque cualquier esperanza inmediata de estabilidad.
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