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La reforma laboral de Petro avanza en la Cámara pero enfrenta incertidumbre en el Senado

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La propuesta busca restituir derechos eliminados en el pasado, pero enfrenta una dura oposición política y económica en su camino hacia la aprobación definitiva.

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La reciente aprobación de la reforma laboral impulsada por el gobierno de Gustavo Petro en la Cámara de Representantes marca un momento histórico en la lucha por restablecer derechos laborales en Colombia. Este proyecto de ley, que busca responder a demandas históricas de los trabajadores, también ha puesto de manifiesto profundas tensiones entre distintos sectores políticos y económicos, que ahora se trasladan al Senado.

Con 81 artículos aprobados, 53 modificados y otros siete eliminados, la reforma refleja un arduo proceso de negociación liderado por la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez. Este esfuerzo incluyó acuerdos con partidos como Liberal, Conservador y La U para obtener apoyo en medio de un Congreso profundamente dividido. Sin embargo, algunos puntos clave fueron eliminados durante el debate, dejando un sabor agridulce entre quienes promueven esta iniciativa como un paso hacia una mayor justicia social.

Los avances más destacados

Entre los aspectos aprobados, destacan medidas que buscan devolver derechos eliminados en reformas anteriores. La restauración progresiva de los recargos nocturnos y dominicales, a partir de 2025, representa un paso importante para sectores laborales tradicionalmente afectados. También se aprobó la inclusión de derechos laborales para los aprendices del Sena, quienes ahora tendrán acceso a seguridad social y pensión, un cambio significativo que, aunque celebrado por sindicatos, ha generado críticas de gremios empresariales debido al aumento de costos operativos.

La ampliación de las licencias parentales es otro avance notable. Aunque la propuesta inicial contemplaba 12 semanas de licencia de paternidad, finalmente se aprobó un esquema progresivo que alcanzará las cuatro semanas en 2026. Asimismo, se establecieron licencias remuneradas para casos específicos, como el matrimonio, y permisos para mujeres que enfrenten complicaciones derivadas de su ciclo menstrual.

Un logro fundamental fue la eliminación de los contratos sindicales en el sector salud, una práctica que había precarizado a miles de trabajadores. Con esta reforma, se busca promover la vinculación directa, eliminando intermediaciones abusivas.

Los puntos que no prosperaron

A pesar de estos avances, la reforma sufrió reveses importantes. La eliminación del contrato agropecuario, que buscaba formalizar a los trabajadores rurales, representa una de las mayores derrotas para el proyecto. Este artículo fue rechazado debido a la presión de sectores políticos y económicos vinculados al agroindustrial.

De igual manera, se eliminó la propuesta de una tabla de indemnizaciones por despidos, diseñada para aumentar las compensaciones a trabajadores despedidos sin justa causa. Además, la extensión de licencias parentales para parejas del mismo sexo, aunque respaldada por la Corte Constitucional, fue rechazada por una mayoría conservadora en el Congreso, reflejando profundas divisiones ideológicas.

El reto en el Senado

El Senado será el campo de batalla definitivo para esta ambiciosa reforma. La Comisión Séptima, que ya ha demostrado su capacidad para bloquear o modificar proyectos importantes como la reforma a la salud, evaluará puntos críticos como el horario de recargos nocturnos y los derechos laborales de los aprendices del Sena.

Artículos introducidos en el último debate en la Cámara, como la formalización de las manipuladoras del Programa de Alimentación Escolar y la creación de programas de primer y último empleo, enfrentan también cuestionamientos sobre su viabilidad presupuestal y legalidad, lo que aumenta la incertidumbre en el Senado.

Perspectivas y futuro

La reforma laboral es uno de los pilares más ambiciosos del gobierno de Gustavo Petro, alineado con su apuesta por la economía popular y la justicia social. Sin embargo, el proceso legislativo ha puesto en evidencia las tensiones entre trabajadores, empresarios y los sectores políticos que los representan.

Con un panorama incierto en el Senado, el gobierno enfrenta el desafío de mantener intactos los principios fundamentales de la reforma mientras busca acuerdos para superar las resistencias. El desenlace de este debate no solo definirá el futuro de los derechos laborales en Colombia, sino también la capacidad del gobierno de Petro para cumplir con una de sus principales promesas de campaña.

La reforma laboral es mucho más que un proyecto legislativo. Representa una oportunidad para redefinir las relaciones laborales en el país y abordar de manera estructural las desigualdades históricas en el mundo del trabajo. Su destino en el Senado será un reflejo de las prioridades y tensiones que configuran la política colombiana en este momento crucial.


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