
El llamado de Guterres fue en respuesta a los planes presentados por Trump, que incluyen la ocupación de la Franja de Gaza por parte de Estados Unidos y el traslado forzoso de casi dos millones de palestinos, una propuesta que ha sido ampliamente criticada por diversas organizaciones internacionales y gobiernos, incluidos aquellos de la ONU y la Unión Europea.
En su intervención, Guterres hizo énfasis en que "todo desplazamiento forzoso de poblaciones equivale a la limpieza étnica", lo que resalta su rechazo a cualquier plan que implique la expulsión de palestinos de Gaza, y resaltó que tales acciones violan de manera directa los derechos humanos fundamentales, como la protección contra el desplazamiento forzado. Además, afirmó que es "esencial" mantenerse fieles a los valores del derecho internacional y subrayó la "prohibición estricta" de cualquier intento de deportación de pueblos sin una base legal, tal como lo mencionó también el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk.
A pesar de la gravedad de la situación, Guterres reafirmó la importancia de una solución negociada y pacífica al conflicto, destacando que la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, sigue siendo la única vía viable para una paz duradera en la región. Esta postura ha sido consistente por parte de la ONU, que ha reiterado en varias ocasiones que Gaza debe seguir siendo parte de un futuro Estado palestino.
El secretario general de la ONU también ha dejado claro que, a pesar de las tensiones con Israel, especialmente desde que en 2023 hizo comentarios sobre la ocupación israelí y los ataques de Hamas, su postura sigue firme en la defensa del derecho internacional. Guterres se encuentra en desacuerdo con las políticas del gobierno israelí y ha denunciado la ocupación como un factor central en el conflicto, lo que ha llevado a la ONU a distanciarse aún más de la administración de Benjamin Netanyahu.
La comunidad internacional, en su mayoría, se ha unido en su rechazo al plan de Trump. La Unión Europea, por ejemplo, reiteró que la Franja de Gaza es una "parte integral de un futuro Estado palestino" y destacó su apoyo continuo a la solución de los dos Estados. Los líderes europeos insisten en que cualquier intento de cambiar de manera unilateral la demografía de Gaza o de trasladar a sus habitantes será inaceptable y contrario a los principios internacionales que guían la convivencia pacífica en la región.
Este momento se enmarca en un período de creciente tensión en el Medio Oriente, con un enfoque renovado en los derechos de los palestinos y las implicaciones de las políticas internacionales. En este contexto, el secretario general de la ONU ha convocado a las naciones a unirse para evitar una escalada de violencia y trabajar hacia una resolución justa para todos los involucrados, haciendo énfasis en la necesidad de cumplir con las normativas internacionales que protegen a los pueblos en conflicto.
Mientras tanto, la situación en Gaza continúa siendo una de las crisis más urgentes del mundo, y la comunidad internacional observa con creciente preocupación las propuestas y acciones que podrían afectar profundamente el futuro de la región.
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