
El Legislativo dejó caer la propuesta de austeridad mientras sus propios ingresos aumentaban
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📍 Bogotá, Colombia – En un giro que dejó a muchos con un amargo sabor de incredulidad, el Congreso de la República sepultó la iniciativa que habría limitado los exuberantes salarios de sus miembros. La propuesta, liderada por el senador Iván Cepeda, buscaba establecer un tope de 20 salarios mínimos mensuales para los legisladores. Sin embargo, el proyecto no solo fue ignorado en la plenaria del Senado, sino desactivado mediante lo que muchos han llamado una estrategia de invisibilidad institucional.
Silencio, ausencias y estrategia: el poder de no votar
Aunque el proyecto logró ubicarse en el primer lugar del orden del día, nunca llegó al punto de votación. El senador Cepeda denunció una operación de sabotaje silencioso: una lluvia de impedimentos y la retirada estratégica de varios congresistas del recinto impidieron alcanzar el quórum mínimo requerido.
🗣️ “Una lluvia de impedimentos y el abandono del recinto acabó con el quórum”, escribió Cepeda en sus redes, desatando una tormenta de indignación ciudadana.
Pero el revés no se limitó al Senado. En la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, donde también debía avanzar la propuesta, 14 congresistas votaron en contra. Entre ellos destacan nombres como:
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Ruth Amelia Caycedo, Luis Eduardo Díaz Mateus, Delcy Isaza, Andrés Felipe Jiménez y Juan Daniel Peñuela del Partido Conservador.
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Piedad Correal, Karyme Adriana Cotes y Óscar Sánchez del Partido Liberal.
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Gersel Luis Pérez (Cambio Radical), Juan Manuel Cortés (Liga de Gobernantes Anticorrupción), Juan Sebastián Gómez (Nuevo Liberalismo), y Diógenes Quintero (Asodes).
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También se sumaron los representantes de Circunscripciones de Paz: Orlando Castillo y James Hermenegildo.
Y en el Senado, quienes contribuyeron al hundimiento con su inacción o negativa fueron:
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Efraín Cepeda, presidente del Senado.
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Ciro Ramírez, del Centro Democrático.
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Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, también del Centro Democrático.
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David Luna, del partido Cambio Radical.
Un aumento salarial en medio del naufragio
La paradoja no podría ser más escandalosa: mientras la iniciativa para reducir sus ingresos se desmoronaba, los legisladores recibían un incremento de $3,3 millones mensuales, llevando su salario a más de $52 millones.
En redes sociales, la indignación escaló al grito de etiquetas como #SinQuórumSinVergüenza y #CongresoSeSubeElSueldo, reflejando la frustración de una ciudadanía que observa cómo el Congreso legisla cada vez más lejos de sus demandas.
¿Hasta cuándo legislarán en contra del clamor popular?
Este nuevo revés no solo ahonda la brecha entre representantes y representados, sino que refuerza la sensación de que la clase política colombiana se blinda a sí misma. Mientras el país enfrenta desigualdad, crisis económica y desconfianza institucional, los gestos de desconexión se vuelven insoportables para una sociedad en tensión.
La pregunta que flota en el aire no es si el Congreso puede cambiar, sino si la ciudadanía está dispuesta a seguir tolerando que no lo haga.
📢 ¿Será esta la chispa que reactive las exigencias populares o una prueba más de que el poder no se regula a sí mismo?
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