
La cúpula de la mayor empresa estatal colombiana enfrenta su mayor sacudida en años
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Una tormenta política y corporativa de alto voltaje sacude los cimientos de Ecopetrol, la joya estatal del sector energético colombiano. A medida que las revelaciones sobre presuntas irregularidades salpican al presidente de la compañía, Ricardo Roa, y se consuma la renuncia irrevocable de la destacada ejecutiva Mónica de Greiff, el gobierno del presidente Gustavo Petro se ve envuelto en una crisis que podría tener consecuencias de largo alcance.
Bajo la lupa: Roa y los contratos bajo sospecha
Ricardo Roa, figura clave en la campaña presidencial de Petro en 2022 y actual presidente de Ecopetrol, se encuentra en el centro de un escándalo que mezcla política, poder e intereses corporativos. La Procuraduría General de la Nación ha lanzado duras advertencias contra Roa, citando presuntas irregularidades en la financiación electoral y posibles faltas graves en la adjudicación de contratos millonarios durante su gestión.
Pero el punto más controversial ha sido la contratación, por parte de la junta directiva de Ecopetrol, de la firma estadounidense Covington & Burling LLP por un valor de 5,8 millones de dólares. Este contrato, destinado a investigar situaciones sensibles relacionadas con la administración de Roa, habría sido firmado sin consenso pleno de la junta, según denuncias internas. Un movimiento que, lejos de disipar dudas, ha encendido aún más las alarmas.
Interceptaciones: el giro oscuro del caso
A la controversia financiera se suma un ingrediente de thriller político: la presunta interceptación de comunicaciones de al menos 70 altos funcionarios de Ecopetrol. Documentos filtrados señalan que estas acciones, supuestamente ordenadas por Roa, habrían tenido como objetivo identificar posibles filtraciones hacia los medios de comunicación.
Los informes han despertado una ola de indignación tanto dentro como fuera de la empresa. ¿Estamos frente a una operación de espionaje interno de carácter ilegal? ¿Quién dio realmente la orden? Las respuestas aún no llegan, pero el silencio de la presidencia de Ecopetrol solo aumenta la tensión.
La renuncia que desestabiliza
En medio del huracán, Mónica de Greiff, una de las figuras más respetadas del sector empresarial y miembro clave de la junta directiva, presentó su renuncia irrevocable. Aunque su carta de despedida elogió ciertos logros de la administración Roa, para muchos su salida representa una señal de desacuerdo profundo con el rumbo que ha tomado la compañía.
La ausencia de De Greiff amenaza con dejar sin quórum a la junta directiva en momentos cruciales, paralizando decisiones estratégicas y complicando aún más el manejo de la crisis.
Petro, entre el remezón y la presión
Desde la Casa de Nariño, el presidente Petro ha convocado reuniones de emergencia. Trascendió que se contempla un cambio de fichas: mover a Roa al Ministerio de Minas y Energía y ubicar en su lugar a Edwin Palma, actual titular de esa cartera. Sin embargo, expertos advierten que esta jugada podría chocar con limitaciones legales y generar nuevas polémicas.
Mientras tanto, el país observa con expectación. El escándalo de Ecopetrol ha dejado de ser un asunto técnico para convertirse en un punto de inflexión político. La imagen de la empresa estatal, su gobernabilidad y la estabilidad del equipo presidencial están en juego.
¿Será este el inicio de una purga interna? ¿Podrá Petro sortear esta crisis sin pérdidas mayores? En los pasillos del poder, el suspenso se respira.
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