Un hito en la lucha contra los grupos armados: armas, explosivos y menores de edad entregados a la justicia en medio del conflicto con el ELN
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En un hecho considerado histórico, 65 integrantes de las disidencias de las Farc pertenecientes al Bloque Magdalena Medio o Frente 33 se sometieron a la justicia en el municipio de Tibú, Norte de Santander. Según lo informado por el presidente Gustavo Petro, esta desmovilización, que incluye 15 menores de edad, representa una de las mayores entregas desde la firma del acuerdo de paz en 2016.
La operación militar, que se desarrolló en la región de Guachimán, permitió la entrega de un impresionante arsenal compuesto por 54 armas largas, dos ametralladoras, un fusil de francotirador, un arma corta, 80 granadas de mortero y una tonelada de explosivos. Este hecho se da en medio de la intensa guerra territorial entre las disidencias Farc y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que mantiene al Catatumbo sumido en un ambiente de violencia y zozobra.
El presidente Petro destacó la importancia de esta desmovilización como parte de un esfuerzo más amplio para garantizar los derechos humanos de los desmovilizados y reincorporarlos a la sociedad. "A todos los integrantes del Frente del Magdalena Medio que lo deseen, y de acuerdo con la ley, se les garantizará sus derechos humanos y su ubicación en la sociedad para construir una vida como constructores de vida y paz", expresó el mandatario.
Además, Petro anunció que se priorizará la atención a la población civil afectada por el conflicto, en especial a los niños y niñas, quienes han sido los más vulnerables en esta prolongada guerra. También resaltó el compromiso del gobierno con la población campesina cultivadora de hoja de coca, mediante un programa integral de pagos por erradicación voluntaria. Este programa busca liberar al Catatumbo de la producción de cultivos ilícitos, una actividad que ha generado "zozobra, muerte y desolación" en la región.
El jefe de Estado señaló que esta estrategia será parte del denominado "Gran Pacto Social con el Catatumbo", una iniciativa que movilizará billones de pesos para mejorar las condiciones de vida en esta zona históricamente excluida. Este modelo, aseguró, será replicado en otros territorios marginados del país, incluidas las grandes ciudades, como parte de una estrategia integral de desarrollo.
Este hito se produce en un contexto de creciente tensión en el Catatumbo, donde la ofensiva militar contra el ELN también se intensifica. Mientras tanto, la población civil sigue enfrentando los efectos devastadores de la confrontación armada, pero este paso representa una esperanza de cambio hacia la paz y la estabilidad en la región.
La entrega de armas, el sometimiento de combatientes y los programas de desarrollo propuestos son señales de un esfuerzo conjunto entre las fuerzas militares, el gobierno y las comunidades para transformar una región golpeada por décadas de violencia. Sin embargo, el reto de consolidar la paz en el Catatumbo requerirá un compromiso sostenido y la implementación efectiva de estas medidas para garantizar que el conflicto armado no regrese.
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