
El modelo de Bad Bunny abre la puerta a una oportunidad única para la capital del Atlántico
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En un giro inesperado para la industria musical, Bad Bunny ha demostrado que la residencia de artistas puede ser mucho más que una simple tendencia. Al elegir Puerto Rico como su único escenario para una serie de conciertos, el cantante boricua no solo optimiza costos, sino que también genera un impacto económico monumental. Con una residencia que atraerá a miles de turistas, el impacto económico en su isla natal se calcula en más de 100 millones de dólares. A través de paquetes turísticos, alojamiento y activación del comercio local, su presencia está revolucionando la economía de Puerto Rico.
Este fenómeno abre la puerta a una pregunta provocadora: ¿y si Barranquilla pudiera replicar este modelo? Imaginemos que Shakira, la estrella más prominente de la región, optara por una residencia en su tierra natal. La propuesta de una “Arena Pies Descalzos” en Barranquilla no suena tan lejana. Con infraestructura adecuada, atractivos turísticos y una rica oferta cultural, la ciudad podría convertirse en un epicentro musical global, con la presencia de Shakira como el mayor motor económico.
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