El Gobierno implementa medidas excepcionales para enfrentar la crisis humanitaria y legalizar la tenencia de tierras en la región
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El Catatumbo, una de las zonas históricamente más afectadas por el conflicto armado y el narcotráfico en Colombia, se ha convertido en el epicentro de un ambicioso plan estatal que busca enfrentar sus problemas estructurales a través de la titulación y formalización de tierras. Bajo el marco de la conmoción interior decretada por el Gobierno, la Agencia Nacional de Tierras (ANT) lidera una estrategia que combina adquisición de predios, apoyo al desarrollo agrícola y combate al control territorial por parte de grupos ilegales.
El director de la ANT, Felipe Harman, explicó que actualmente hay 10.000 hectáreas postuladas para la compra estatal, de las cuales 5.500 tienen viabilidad jurídica y técnica. De estas, el Gobierno espera formalizar al menos 3.000 hectáreas durante los 90 días de vigencia del estado de excepción. Esta medida, según Harman, busca dar respuesta a una crisis que ha dejado un saldo de 80 homicidios, 30.000 personas confinadas y 48.000 desplazadas debido a enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC.
Expropiación administrativa y compra de predios
Una de las decisiones más controvertidas del decreto es la figura de expropiación administrativa, que permite al Gobierno adquirir terrenos sin necesidad de pasar por un proceso judicial tradicional. Aunque esta herramienta ya existía en la legislación colombiana, la conmoción interior permite acortar los tiempos, pasando de 213 días a solo 38.
Harman aclaró que no se comprarán predios que no estén voluntariamente ofertados. Sin embargo, en casos donde el propietario no desee vender, pero el terreno sea de especial interés para proyectos de desarrollo o estabilización, se procederá con la expropiación bajo los parámetros legales, incluyendo una indemnización a precio comercial.
Freno al narcotráfico y fortalecimiento de asociaciones campesinas
El Catatumbo es considerado el principal enclave cocalero de Colombia, donde en algunos municipios las utilidades provenientes de actividades ilícitas representan hasta el 20 % de la economía local, según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la ONU.
Para cambiar esta realidad, el plan del Gobierno incluye como requisito indispensable que los predios a titular estén libres de cultivos de coca. Harman afirmó que se buscará acelerar la erradicación de estas plantaciones, a fin de habilitar tierras para proyectos productivos legales.
La estrategia también pretende fortalecer el rol de las asociaciones campesinas, que serán las principales beneficiarias de la titulación de tierras. Esto busca evitar que actores ilegales o personas ajenas a la problemática local se apropien de los beneficios del programa.
Desafíos con los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR)
Otro aspecto crítico mencionado por Harman son los problemas relacionados con los predios donde se encuentran dos ETCR en el Catatumbo. Estos terrenos, esenciales para el proceso de reincorporación de excombatientes de las FARC, están arrendados a la Agencia de Reincorporación y Normalización (ARN). Sin embargo, sus propietarios se han negado a venderlos, ya que reciben una renta mensual estable.
Ante esta situación, la ANT ha anunciado que recurrirá a las herramientas legales disponibles para formalizar la titularidad de estos predios en favor de los firmantes del acuerdo de paz, quienes han sido especialmente vulnerables durante la reciente ola de violencia en la región.
Hacia una transformación estructural
El Plan Catatumbo no solo busca responder a la crisis humanitaria, sino también sentar las bases para un desarrollo económico sostenible en la región. Al fomentar una transición de las rentas del narcotráfico hacia la agricultura legal y brindar seguridad jurídica a los campesinos, el Gobierno espera desmontar los factores que han alimentado el conflicto durante décadas.
Sin embargo, los retos son enormes. La presencia de grupos armados, la porosidad de la frontera con Venezuela y la resistencia de ciertos sectores económicos plantean obstáculos que deberán ser superados para que esta estrategia tenga éxito.
El tiempo dirá si estas medidas logran consolidarse como una solución efectiva para el Catatumbo o si, por el contrario, se suman a la larga lista de intentos fallidos por estabilizar esta compleja región del país.
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