
El anuncio, realizado a través de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, ha generado críticas y advertencias sobre posibles consecuencias económicas adversas, como el incremento de precios en Estados Unidos. A pesar de las preocupaciones sobre la inflación, Trump afirmó que "los aranceles no causan inflación, sino éxito".
La respuesta internacional no se hizo esperar. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, rechazó la medida, calificándola de "injerencista" y anunció que su gobierno implementará medidas arancelarias en defensa de los intereses mexicanos. Por su parte, Justin Trudeau, primer ministro saliente de Canadá, respondió con aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por un valor de 155 mil millones de dólares, argumentando que la medida de Trump no resolverá el problema del narcotráfico ni la migración ilegal.
Desde Pekín, los ministerios de Finanzas y Comercio señalaron que acudirán a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y tomarán "contramedidas" frente a la decisión de Estados Unidos. China denunció que la medida "viola gravemente las normas del comercio internacional".
Trump ha utilizado en el pasado los aranceles como estrategia comercial bajo el argumento de equilibrar el déficit comercial y proteger la seguridad nacional. Sin embargo, esta vez sorprendió a expertos y analistas al justificar su decisión con la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal.
La medida podría afectar más de 2.1 billones de dólares en comercio entre Estados Unidos, México, Canadá y China. Analistas económicos temen que esta decisión genere distorsiones en el mercado y eleve los costos para los consumidores estadounidenses, especialmente en sectores como el energético y alimenticio, dado que gran parte del crudo refinado en Estados Unidos proviene de sus socios comerciales sancionados.
El panorama económico ya mostró signos de tensión tras el anuncio. El peso mexicano y el dólar canadiense se depreciaron, mientras que los mercados financieros registraron caídas y volatilidad.
A pesar de las críticas, Trump ha defendido los aranceles como una herramienta para "proteger a los estadounidenses y fomentar la producción local". Su administración espera que esta medida incentive el regreso de industrias clave, como la farmacéutica, al territorio estadounidense.
Con los nuevos aranceles programados para entrar en vigor el próximo martes, expertos advierten sobre la posibilidad de una escalada de represalias comerciales, en un contexto donde las relaciones entre Estados Unidos y sus socios enfrentan uno de sus mayores desafíos en décadas.
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