
Según informó la Presidencia de la República, durante la reunión se trataron temas de cooperación migratoria, fortalecimiento del intercambio comercial y otros asuntos relevantes para las relaciones bilaterales. La presencia de Laura Sarabia, recientemente nombrada ministra de Relaciones Exteriores, destacó la importancia del diálogo.
Este acercamiento se produce semanas después de una crisis desatada por la negativa del presidente colombiano a permitir el ingreso de aviones militares estadounidenses que transportaban a cientos de colombianos deportados. La medida, tomada el 26 de enero, provocó una fuerte reacción del gobierno de Trump, quien impuso aranceles de hasta el 50 % a los productos colombianos como represalia.
En respuesta, Gustavo Petro adoptó una medida espejo, incrementando aranceles a productos estadounidenses. Aunque la crisis diplomática fue contenida mediante un acuerdo bilateral que permitió la deportación de migrantes irregulares bajo condiciones previamente negociadas, los gremios económicos colombianos siguen expresando preocupación por posibles sanciones futuras provenientes de Washington.
Petro ha mantenido una postura crítica frente a la administración Trump, calificando de "fascista" la política migratoria del presidente estadounidense. Durante una entrevista con Univisión, Petro comparó la criminalización de migrantes latinoamericanos con el trato que Adolf Hitler dio a la población judía en la Alemania nazi.
“La misma conciencia de Trump debería llevar a que no se repitan los pasos del fascismo porque si repetimos la historia, repetimos sus conclusiones. Criminalizar un grupo poblacional es una tesis fascista”, afirmó el mandatario colombiano.
A pesar del reciente acuerdo, Petro reiteró su disposición a dialogar directamente con Trump sobre asuntos como el narcotráfico y la política antidrogas. “Si quiere cambiar esa política, pues hablémoslo. Estoy dispuesto. Hay planteamientos diferentes a lo que se ha hecho hasta ahora. Hablemos de tú a tú”, sostuvo Petro, cuyo país sigue siendo el principal productor mundial de cocaína.
En paralelo a estas tensiones políticas, la Embajada de Estados Unidos en Bogotá reabrió sus servicios consulares después de una suspensión de cuatro días derivada de la crisis diplomática.
Aunque las relaciones parecen haber retomado cierta normalidad, la situación pone en evidencia los retos persistentes en la cooperación bilateral. Estados Unidos sigue siendo un socio estratégico para Colombia en términos comerciales y de seguridad, pero el gobierno de Petro busca replantear las dinámicas tradicionales de subordinación que han caracterizado históricamente la relación entre ambos países.
El camino hacia una cooperación estable y equilibrada aún enfrenta desafíos. No obstante, la reunión entre el presidente Petro y John T. McNamara refleja un esfuerzo diplomático por mantener los canales de diálogo abiertos y evitar que las tensiones escalen nuevamente.
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