El Congreso aprobó en segundo debate la reforma a la salud impulsada por el Gobierno, pero sectores críticos advierten que la medida podría poner en riesgo el sistema de atención en el país
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El debate sobre la reforma a la salud en Colombia ha escalado a un nuevo nivel de controversia luego de su aprobación en segundo debate en la Cámara de Representantes. Con 83 artículos discutidos y modificaciones en el 82% del proyecto, la iniciativa avanza hacia el Senado en medio de fuertes críticas de distintos sectores que alertan sobre el posible impacto negativo en la prestación del servicio de salud.
Uno de los principales detractores de la reforma es Denis Honorio Silva Sedano, vocero de Pacientes Colombia, un movimiento que agrupa a 198 organizaciones de pacientes. Silva expresó su preocupación por la reciente designación de Armando Benedetti como ministro del Interior y de Angie Lizeth Rodríguez Fajardo como directora del Dapre, señalando que estos nombramientos han influido en la aprobación de la reforma.
“La llegada de Benedetti no fue gratuita. Le dio la estocada final al sistema de salud y puso en peligro la vida de los colombianos”, afirmó Silva en una grabación difundida tras la votación. Según él, la reforma no resuelve problemas estructurales ni tiene un respaldo financiero sólido para garantizar su implementación.
Uno de los puntos más controversiales es la transformación del rol de las EPS, que dejarían de administrar los recursos de la salud. La Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) asumiría la función de pagador único, efectuando giros directos a clínicas y hospitales. Para Silva, esta medida genera incertidumbre, ya que, aunque las EPS perderían funciones, recibirían más recursos, lo que, en su opinión, podría incrementar la corrupción.
Otro de los temas que más preocupa a los críticos es el acceso equitativo a la salud. Según Silva, la reforma incrementará las barreras para los ciudadanos, en especial para aquellos en zonas rurales. “Nos están vendiendo un discurso de equidad que no se sostiene en la realidad”, denunció.
La representante a la Cámara Carolina Arbeláez, junto a otros congresistas de la oposición, también rechazó la reforma, argumentando que esta podría llevar a la estatización del sistema de salud. “Hoy es un día triste para Colombia, para los pacientes y los usuarios. Se está destruyendo un modelo que ha sido referente a nivel mundial”, declaró Arbeláez.
Mientras la reforma avanza hacia el Senado, el debate se intensifica. Sus defensores argumentan que el nuevo modelo garantizará mayor transparencia en el uso de los recursos, pero los opositores advierten que la medida podría generar un colapso en el acceso a los servicios de salud. El país se enfrenta a un momento crucial que definirá el futuro del sistema de salud y la manera en que millones de colombianos recibirán atención médica.
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