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La administración estadounidense revoca la licencia de operaciones de la petrolera en Venezuela, en un intento por frenar los ingresos del gobierno chavista y endurecer las sanciones.
El gobierno de Donald Trump ordenó a la petrolera estadounidense Chevron cesar todas sus operaciones en Venezuela antes del 3 de abril de 2025. La decisión, anunciada este martes por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, marca un nuevo giro en la política de sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro y pone fin a una de las pocas relaciones comerciales que mantenía el país sudamericano con una empresa estadounidense.
La medida, que se enmarca dentro de una estrategia de presión económica, revoca la Licencia General No. 41, emitida en 2022, y restringe cualquier transacción entre Chevron y la estatal venezolana PDVSA. Con esta acción, la administración Trump busca cortar una de las principales fuentes de ingresos del chavismo, ya que las empresas conjuntas entre Chevron y PDVSA representaban más de una cuarta parte de la producción petrolera del país.
Un golpe a la economía venezolana
La salida de Chevron supone un duro golpe para la ya debilitada economía venezolana. Durante años, la petrolera estadounidense había sido un actor clave en la explotación y exportación de crudo desde el país. Su retiro podría agravar la crisis económica que enfrenta la nación, afectando tanto a las exportaciones como a la generación de divisas.
El anuncio se produce en un contexto de crecientes tensiones entre Washington y Caracas. Según la Casa Blanca, la revocación de la licencia responde al incumplimiento por parte del gobierno de Maduro de los acuerdos firmados en 2022, los cuales incluían compromisos en materia de transparencia electoral y condiciones democráticas.
En su cuenta de Truth Social, Trump justificó la medida afirmando que su administración no permitirá que el régimen de Maduro continúe beneficiándose de concesiones económicas mientras sigue violando los derechos humanos y reprimiendo a la oposición.
Reacciones en Venezuela y el impacto político
Desde el gobierno de Maduro, la vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó la decisión como "lesiva e inexplicable", asegurando que representa una injerencia directa en los asuntos internos del país. Por su parte, la oposición venezolana ha celebrado la medida como un paso necesario para debilitar la estructura financiera del chavismo.
La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos. Mientras algunos países aliados de Estados Unidos respaldan la decisión de endurecer las sanciones contra Maduro, otros advierten que la salida de Chevron podría empeorar la crisis humanitaria en Venezuela, dificultando aún más la recuperación económica del país.
La decisión de Trump no solo afecta a la industria petrolera venezolana, sino que también podría tener repercusiones en los mercados energéticos globales. Con la producción de crudo de Venezuela en declive, la medida podría impactar la oferta de petróleo en la región y generar fluctuaciones en los precios internacionales.
Un panorama incierto para Venezuela
Con la fecha límite del 3 de abril cada vez más cerca, el futuro de la industria petrolera venezolana es incierto. Sin la participación de Chevron, PDVSA enfrentará mayores dificultades para mantener su producción y encontrar nuevos socios comerciales que puedan suplir el vacío dejado por la petrolera estadounidense.
Mientras tanto, la administración Trump deja claro que su estrategia hacia Venezuela se mantendrá firme, con el objetivo final de asfixiar económicamente al régimen chavista y acelerar una transición política en el país sudamericano.
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