
Bogotá | Por: Camila Ordóñez Rojas
Más de 84 mil dosis aplicadas en 2025 y una red de puntos estratégicos marcan el ritmo de una ciudad que no baja la guardia frente a virus importados
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La ciudad de Bogotá avanza a paso firme en su estrategia de vacunación contra la fiebre amarilla, con un balance que ya supera las 84 mil dosis aplicadas en lo que va del año. Solo en el mes de abril, más de 30 mil ciudadanos recibieron la vacuna, en una muestra clara del compromiso de las autoridades sanitarias por proteger a la población frente a una enfermedad que, si bien no es endémica en la capital, sigue representando un riesgo para quienes se movilizan a zonas donde el virus sí circula activamente.
El alcalde Carlos Fernando Galán señaló que los cinco casos activos reportados hasta el momento fueron adquiridos fuera de Bogotá, en departamentos donde la fiebre amarilla mantiene presencia endémica. Aun así, la ciudad ha intensificado su campaña de inmunización como medida preventiva, especialmente en esta temporada donde aumenta el flujo de viajeros hacia regiones tropicales del país.
Para ampliar la cobertura, la administración distrital habilitó puntos estratégicos de vacunación en la Terminal de Transporte, el Aeropuerto El Dorado y múltiples Unidades de Servicios de Salud en las localidades. Esta red facilita el acceso a la vacuna, particularmente para quienes planean visitar zonas como la Amazonía, el Chocó, Meta, Caquetá o Vichada, donde la fiebre amarilla es una amenaza real y la inmunización es obligatoria.
Además de la infraestructura física, la Secretaría Distrital de Salud ha desplegado una campaña de pedagogía pública que incluye anuncios en medios, redes sociales y espacios comunitarios. El mensaje es claro: vacunarse salva vidas y evita complicaciones graves, tanto individuales como colectivas.
La vacuna contra la fiebre amarilla, que solo debe aplicarse una vez en la vida y ofrece inmunidad de por vida, se convierte en un escudo vital para la salud pública, sobre todo ante la persistencia de brotes en zonas selváticas del país y otros países de la región. Su aplicación es gratuita y está disponible para personas entre 1 y 59 años, con algunas restricciones para embarazadas, personas inmunosuprimidas o mayores de 60 años, quienes deben consultar previamente con un profesional de salud.
La respuesta ciudadana ha sido positiva. En muchas localidades, los centros de vacunación han reportado una alta afluencia, especialmente los fines de semana. Este comportamiento demuestra una creciente conciencia colectiva sobre la importancia de prevenir antes que lamentar.
Bogotá no solo se protege, sino que también se prepara para lo que viene. Las autoridades ya proyectan ampliar la disponibilidad de vacunas en temporada vacacional, cuando miles de personas planean desplazamientos a regiones cálidas y selváticas. La meta: llegar a los 150 mil ciudadanos vacunados antes de finalizar el primer semestre del año.
Este avance convierte a Bogotá en ejemplo nacional de prevención y control frente a enfermedades transmitidas por vectores. Con acciones oportunas, información clara y acceso equitativo a los servicios de salud, la ciudad se mantiene firme en su propósito de garantizar una vida más segura y saludable para todos sus habitantes.
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