
El exnarcotraficante se declara arrepentido, critica duramente al ELN y las Farc, y lanza un mensaje directo a los jóvenes: el narcotráfico no vale la pena
“Pido perdón a los colombianos por haber sido parte del Cartel de Medellín. No participé en actos de violencia ni atenté contra el Estado, pero el daño fue real. El narcotráfico fue mi pasión y también mi error”, afirmó el exnarcotraficante, quien fue extraditado a Estados Unidos en 1987 y pasó 33 años preso por su papel clave en el transporte de cocaína hacia Norteamérica.
Más allá del arrepentimiento personal, Lehder fue enfático al condenar la persistencia de grupos como el ELN, las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo, que hoy continúan vinculados al negocio del narcotráfico. “No tienen razón para existir. A los que les gusta el comunismo, que se vayan a vivir a Cuba”, sentenció, en una de las frases más provocadoras de su intervención.
El mensaje de Lehder surge en un momento de creciente preocupación por el recrudecimiento del conflicto armado en regiones como el Catatumbo. Según un informe de la Fundación Ideas para la Paz, desde enero de este año los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias del frente 33 de las Farc han dejado un saldo de casi 100 muertos, más de 60 mil desplazados y más de 16 mil personas confinadas. El informe también denuncia una ola de persecuciones violentas contra líderes sociales, comunidades firmantes del acuerdo de paz y organizaciones sociales, señaladas por el ELN de colaborar con sus enemigos.
El conflicto entre estas organizaciones ha cambiado las dinámicas territoriales. Las disidencias, con aproximadamente 500 combatientes, han comenzado a recuperar espacios estratégicos en zonas rurales y urbanas de Tibú, generando una respuesta violenta por parte del ELN, cuyo comandante, alias Ricardo, declaró en televisión que están dispuestos a destruir corregimientos enteros como Filo Gringo para impedir el avance enemigo.
En medio de esta espiral de violencia, las palabras de Lehder adquieren relevancia. Su testimonio, desde la experiencia de haber estado en la cima del narcotráfico y haberlo perdido todo, resuena como una advertencia. “Pueden tener toda la plata del mundo, pero si están muertos, ¿de qué sirve?”, expresó.
También se pronunció sobre la legalización de drogas, rechazando la posibilidad de legalizar la cocaína o la heroína, pero mostrándose a favor del uso recreativo de la marihuana. Su postura refleja una visión más matizada que la de algunos sectores políticos que promueven una legalización amplia sin considerar los efectos sociales de cada sustancia.
Mientras tanto, las Farc y el ELN no han respondido públicamente a las declaraciones de Lehder. Su silencio contrasta con la contundencia de un hombre que, tras décadas de encierro, parece dispuesto a dejar un legado diferente: uno que advierte, confronta y desnuda la crudeza de una guerra que no ha terminado.
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