
Exportadores en Santander enfrentan millonarias pérdidas por nuevos aranceles impuestos desde Estados Unidos
Luis Alberto Sánchez, gerente comercial de Procisan, explicó que “la nueva política arancelaria afectó profundamente nuestras operaciones. De las dos exportaciones semanales que realizábamos, ahora solo podremos enviar una, y con una reducción de hasta un tercio en la carga habitual”. Esto no solo representa un impacto directo sobre los ingresos de la empresa, sino que amenaza con destruir más de 50 empleos entre trabajadores de planta, personal administrativo y recolectores de las fincas.
La crisis no es menor. El contenedor que quedó listo y no pudo salir genera un costo que, según Sánchez, afecta a toda la cadena productiva: “Este costo se refleja tanto en los productores como en los exportadores y, por supuesto, en el consumidor final. Es lógico que haya una tendencia a la baja en el consumo debido al alza de los precios”. Además, la reducción del volumen de exportación a la mitad compromete la rentabilidad del negocio y deja en suspenso la viabilidad de futuros contratos.
La situación también tiene una dimensión estructural. Mientras Colombia enfrenta restricciones para mantener sus envíos al principal mercado consumidor de limón tahití, países como México continúan despachando sin mayores restricciones, lo que genera una competencia desigual. “Competimos con países que no están sujetos a estos aranceles, y eso nos pone en clara desventaja”, aseguró Sánchez.
Ante este panorama, la búsqueda de nuevos mercados ha comenzado, pero no ofrece una solución inmediata. Aunque se han intentado despachos hacia República Dominicana y las islas del Caribe, Sánchez aclara que son mercados pequeños en comparación con Estados Unidos. “Estamos gestionando nuevas cotizaciones, pero aún estamos lejos de compensar las pérdidas causadas por esta medida”.
El llamado de los productores es claro y urgente: se requiere la intervención del Gobierno colombiano para renegociar condiciones comerciales que favorezcan al campo nacional. Sánchez exhortó al Ejecutivo a avanzar hacia un tratado de libre comercio más justo, que brinde a los exportadores nacionales condiciones similares a las de otros países latinoamericanos. Solo así, afirma, podrá evitarse una cadena de desempleo y el debilitamiento del sector agrícola regional.
El limón tahití, considerado una joya del agro santandereano por su calidad y volumen de exportación, hoy se encuentra en riesgo. Lo que está en juego no es solo un contenedor detenido o una cifra en rojo, sino el sustento de decenas de familias y el lugar de Colombia en un competitivo mercado global.
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