
El presidente convoca a 10 millones de ciudadanos a marchar el 1 de mayo en defensa de los derechos sociales
Petro llamó a la ciudadanía a llenar las plazas del país con al menos 10 millones de personas en el Día Internacional del Trabajo, en defensa de lo que denominó los “derechos más simples” de los colombianos. “El pueblo debe votar por el pueblo”, expresó, mientras aseguraba que el 1 de mayo marcará un antes y un después en la historia democrática del país.
El mandatario utilizó una retórica cargada de símbolos históricos y emociones, haciendo alusión a la espada de Bolívar como emblema de la dignidad y la lucha popular. “No más Bolívar en piedra, Bolívar en el alma de la gente”, exclamó. Esta narrativa no solo refuerza su discurso de cambio, sino que busca galvanizar el apoyo popular a través de una conexión emocional con la memoria histórica de Colombia.
La consulta popular, aunque aún no ha sido detallada en su contenido legislativo, apunta a blindar jurídicamente las reformas sociales impulsadas por el gobierno en materia laboral, pensional y de salud. Su aprobación representaría una victoria política crucial para Petro, en medio de un Congreso adverso y crecientes tensiones con sectores empresariales y partidos tradicionales.
No obstante, el anuncio también ha generado controversia. Críticos del gobierno consideran que la convocatoria a una consulta popular puede ser un intento de eludir el debate legislativo y de polarizar aún más al país. Otros sectores, en cambio, ven en la iniciativa una forma legítima de participación directa del pueblo, especialmente en un contexto donde el descontento ciudadano ha crecido ante las dificultades estructurales del sistema político colombiano.
El evento en Soledad contó con la presencia de figuras clave del gabinete, como el ministro del Interior, Armando Benedetti, y el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino. La presencia de líderes sociales y comunitarios refuerza la apuesta del gobierno por construir una coalición desde las bases, que impulse el proceso de transformación social que el presidente ha prometido desde su llegada al poder.
A medida que se acerca la fecha, la campaña por el sí promete convertirse en el eje central del debate político en Colombia, con implicaciones que van mucho más allá del resultado de la consulta. Se trata, en últimas, de una disputa sobre el rumbo del país y sobre quién tiene la legitimidad para definirlo. La calle, una vez más, se perfila como el escenario principal de esta batalla.
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