Ad Code

Advertisement

La ofensiva silenciosa de Pekín: cómo China refuerza su poder en medio del conflicto económico con Estados Unidos

Digital News


Internacional | Por: Ethan Lyn Chen

Estrategias de largo alcance, tecnología nacional y control de recursos críticos redefinen el tablero de la guerra comercial global

Artículo
Mientras los titulares occidentales se centran en los aranceles cruzados y la tensión diplomática, China despliega una ofensiva silenciosa y multidimensional que redefine las reglas de la guerra comercial con Estados Unidos. Este conflicto, lejos de limitarse a cifras y porcentajes de importación, ha devenido en una disputa estructural por la supremacía tecnológica, productiva y geoestratégica del siglo XXI.

Pekín, con su vasto mercado interno, capacidad de resistencia institucional y planificación centralizada, ha optado por absorber el impacto inicial de los aranceles estadounidenses mientras fortalece pilares claves como la innovación tecnológica, la autonomía en la cadena de suministro y la expansión comercial hacia países del Sur Global. Inversiones masivas en inteligencia artificial, vehículos eléctricos, y microchips reflejan una estrategia de largo plazo que se aleja del modelo de ensamblaje masivo y apunta a un liderazgo global sustentado en la soberanía industrial.

La experiencia adquirida desde la primera ofensiva arancelaria de Trump permitió a China reconfigurar sus dependencias económicas. Ejemplo de ello es la drástica reducción de la importación de soja estadounidense, reemplazada por producción nacional y acuerdos con Brasil, que además refuerzan su seguridad alimentaria.

El control casi absoluto sobre la producción y refinamiento de tierras raras otorga a Pekín una ventaja geoestratégica sin precedentes. La dependencia occidental de estos materiales críticos, indispensables para sectores como el tecnológico y el militar, convierte a China en una potencia capaz de ejercer presión sin disparar una sola bala.

Además, la posesión de cientos de miles de millones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense convierte a China en un actor con poder de disuasión financiera, aunque su uso agresivo de esta herramienta sea limitado por el riesgo de autodaño económico.

A medida que el comercio bilateral se complica, China diversifica sus vínculos con América Latina, África y el Sudeste Asiático, consolidando alianzas con países que no desean elegir entre Washington y Pekín. En este escenario, la guerra comercial parece menos una batalla coyuntural y más una reconfiguración profunda del orden económico global.

El resultado final no será un vencedor absoluto, sino un mundo cada vez más multipolar, en el que China, paciente y decidida, afianza su lugar como potencia económica ineludible.

Publicar un comentario

0 Comentarios

AINEWS DIGITAL NEWS IN SPANISH