El histórico repunte bursátil despierta expectativas tras una inesperada desescalada comercial que podría alejar una recesión global.
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Por: Redacción Internacional | Sección Economía Global
En una jornada que parecía destinada a marcar un hito en los mercados financieros, el índice Dow Jones se disparó este lunes con una ganancia de 1.161 puntos, equivalente a un 2,81 %, luego de que Estados Unidos y China anunciaran una inesperada y drástica reducción de aranceles tras intensas negociaciones celebradas en Ginebra. La noticia generó un efecto dominó en los mercados: el S&P 500 subió un 3,26 % y el Nasdaq se catapultó un 4,35 %, su mayor alza en más de un mes.
Pero más allá del número, fue el tono del anuncio y su impacto psicológico lo que dejó a analistas e inversores sin aliento. Lo que muchos preveían como otro capítulo más en la prolongada guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, terminó con un giro inesperado: la eliminación conjunta de aranceles por 115 puntos porcentuales, y la promesa de que no volverán a elevarse... por ahora.
"Esta es una gran sorpresa positiva. Nadie tenía esto en el radar", declaró Jeff Buchbinder, estratega jefe de acciones en LPL Financial, mientras Wall Street vibraba con una euforia que contrastaba con el escepticismo de semanas anteriores.
La reunión, liderada por el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, y el representante de Comercio, Jamieson Greer, junto con funcionarios chinos de alto nivel, se llevó a cabo en completo hermetismo. Ni filtraciones ni comunicados previos permitieron anticipar lo que, al parecer, fue un giro de último minuto en la postura de ambas partes. "Avanzamos con firmeza y respeto", aseguró Bessent desde Ginebra.
La pregunta ahora es si este alto al fuego comercial representa una estrategia temporal para calmar los mercados o el primer paso hacia un acuerdo duradero. El propio presidente Donald Trump sembró dudas durante una conferencia de prensa al declarar que, si bien los aranceles no volverán al 145 %, podrían subir “sustancialmente más” si las negociaciones se estancan.
Impacto global inmediato
El efecto fue fulminante. El petróleo estadounidense subió un 1,52 %, el Brent un 1,64 %, y el dólar se fortaleció un 1,4 %. Por el contrario, el oro cayó un 2,7 % y el yen japonés perdió un 2 % frente al dólar, signos claros de que los inversores abandonaron los activos de refugio para lanzarse al riesgo.
El índice de miedo de Wall Street, el VIX, se desplomó un 15 %, mientras que el índice de "Fear & Greed" de CNN se desplazó abruptamente desde el “miedo extremo” hasta la zona de “codicia”.
Los sectores más favorecidos fueron los tecnológicos y el de bienes de lujo: Apple subió un 6,3 %, Amazon un 8,1 % y Nvidia un 5,4 %, mientras que LVMH se disparó un 7 %. También repuntaron las automotrices: General Motors ganó un 4,4 % y Ford un 2,6 %.
Entre la esperanza y la cautela
Henry Allen, estratega del Deutsche Bank, advirtió que si bien el mercado ha recibido con entusiasmo el anuncio, es prematuro descartar el riesgo de recesión: “El acuerdo reduce los temores inmediatos, pero aún estamos lejos de una resolución estructural. La resiliencia del mercado suaviza las condiciones financieras, pero no elimina los desafíos subyacentes”.
Por su parte, Ulrike Hoffmann-Burchardi, de UBS, fue más enfática: “El movimiento en los mercados sugiere que este resultado no estaba descontado. La atención ahora se centrará en ver si esta tregua puede transformarse en un acuerdo permanente”.
La administración Trump, que hasta hace unos días sostenía que el “comercio cero” con China fortalecía a EE.UU., parece haber optado por la moderación. “Esto es solo una pausa”, reconoció Bessent. Pero el momento de la pausa no es accidental: con la economía china lidiando con una crisis inmobiliaria y creciente deuda, y el consumo interno estadounidense debilitado por la inflación, ambas partes tenían demasiado que perder.
Epílogo incierto
La historia aún no está escrita. La reducción arancelaria ha dado un respiro a los mercados y ha generado un impulso esperanzador. Sin embargo, la tensión comercial persiste bajo la superficie. Como advirtió Trump, la tregua puede romperse, y los aranceles podrían regresar "más fuertes que nunca".
Por ahora, Wall Street celebra. Pero en los pasillos del poder económico global, el verdadero suspenso apenas comienza.
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