Ad Code

Advertisement

Trump aceptará un Boeing 747 de lujo como Air Force One en un polémico gesto de Catar

Digital News

Internacional | Por: Ethan Lyn Chen


El avión presidencial soñado de Trump vendría como regalo de un aliado clave en Medio Oriente

Artículo:

Un Boeing 747-800 de origen catarí, equipado con lujos dignos de un jeque, podría convertirse en el próximo Air Force One del expresidente Donald Trump. Según revelaciones filtradas por medios estadounidenses, el expresidente republicano aceptaría esta majestuosa aeronave como un regalo directo de la familia real de Catar durante su próxima gira diplomática por Medio Oriente.

La aeronave, apodada por fuentes militares como “el palacio volador”, se encontraba estacionada en el aeropuerto de West Palm Beach, Florida, el pasado febrero, donde Trump habría quedado fascinado con su diseño opulento y capacidad de largo alcance. El anuncio oficial, según adelantó ABC News, sería hecho en los próximos días durante una serie de visitas a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Catar, en lo que se perfila como una gira de alto perfil cargada de simbolismo geopolítico.

Sin embargo, lo que podría parecer un simple acto de generosidad diplomática ha encendido alarmas en Washington. Aunque un análisis jurídico realizado por abogados del Departamento de Justicia y de la Casa Blanca sugiere que aceptar el avión no violaría las leyes sobre sobornos ni la cláusula constitucional que prohíbe a funcionarios estadounidenses recibir regalos de gobiernos extranjeros, el trasfondo político complica el panorama.

El nuevo avión presidencial sería transferido al Departamento de Defensa y, posteriormente, a la futura Biblioteca Presidencial de Trump, una vez finalice su hipotético segundo mandato en 2029. Así lo indica un documento confidencial citado por el New York Times, que también reporta que el jet tiene una antigüedad de casi diez años y un valor comercial cercano a los 400 millones de dólares.

El movimiento ha generado críticas por su ambigüedad ética. ¿Es un regalo estratégico o un símbolo de influencia extranjera sobre un posible futuro presidente de EE.UU.? ¿Está Trump, una vez más, desdibujando las fronteras entre negocios personales, relaciones diplomáticas y poder estatal?

Durante su primer mandato, Trump ya había aprobado un contrato por 3.900 millones de dólares con Boeing para desarrollar dos nuevos Air Force One, proyecto que —según la Casa Blanca— acumula cinco años de retraso. El regalo catarí aparece, entonces, como una solución rápida y deslumbrante, pero también como un potencial punto de quiebre para la política exterior estadounidense.

No es la primera vez que Trump combina política y espectáculo aéreo. En 2011 compró su actual avión privado, un Boeing 757 previamente usado por Paul Allen, cofundador de Microsoft, rebautizándolo como "Trump Force One", y convirtiéndolo en un símbolo de su campaña de 2016. Esta vez, el gesto de Catar podría convertir su nuevo 747 en el ícono de su posible regreso al poder.

A pesar de los tecnicismos legales, el asunto toca fibras delicadas en un año electoral. La imagen de Trump descendiendo las escalerillas de un avión regalado por una monarquía extranjera podría reforzar su aura de líder global… o levantar sospechas sobre lealtades y conveniencias en los pasillos del poder.

El reloj avanza. Medio Oriente observa. Y Washington, inquieta, se pregunta: ¿hasta dónde puede volar la diplomacia… cuando el combustible es el lujo y el destino es la Casa Blanca?

Publicar un comentario

0 Comentarios

AINEWS DIGITAL NEWS IN SPANISH