Ad Code

Advertisement

Estados Unidos se inserta en guerra Israel‑Irán con bombardeo selectivo

DN

Internacional | Por: Ethan Lyn Chen


Tres emplazamientos nucleares destruidos mientras crece la tensión en Oriente Medio

Artículo:

En la madrugada del 22 de junio, Estados Unidos dio un paso determinante en el creciente conflicto entre Israel e Irán, al ejecutar una operación militar que destruyó tres instalaciones nucleares estratégicas ubicadas en Fordow, Natanz e Isfahan. El ataque, coordinado por el Pentágono bajo el nombre clave “Midnight Hammer”, fue descrito por la administración estadounidense como una respuesta preventiva a la amenaza de una inminente carrera nuclear en la región.

Según voceros del Departamento de Defensa, la ofensiva se llevó a cabo utilizando bombarderos B‑2 Spirit con tecnología furtiva y bombas perforantes de alta penetración conocidas como bunker-busters, capaces de destruir estructuras subterráneas profundamente reforzadas. A esto se sumaron misiles Tomahawk lanzados desde submarinos estratégicos desplegados en el Golfo Pérsico.

Fuentes militares indicaron que el objetivo fue destruir capacidades, no provocar un cambio de régimen. Aun así, el impacto político ha sido inmediato: Irán denunció el ataque como una violación flagrante del derecho internacional, suspendió cualquier posibilidad de reactivar conversaciones diplomáticas y amenazó con responder militarmente en el momento y lugar que considere oportuno.

Uno de los puntos más sensibles es el estrecho de Hormuz, por donde transita cerca del 20 % del petróleo mundial. Irán ha insinuado que podría bloquear esa vía marítima como medida de presión, encendiendo aún más las alarmas entre los aliados de Occidente.

Por su parte, Israel respaldó abiertamente la acción, considerándola un paso necesario ante lo que califica como una amenaza existencial. Europa, en cambio, pidió contención, mientras que Rusia y China han criticado abiertamente la intervención estadounidense, alertando sobre un posible colapso del equilibrio regional.

Imágenes satelitales muestran que las estructuras en Fordow y Natanz han sufrido daños considerables, mientras que en Isfahan se habrían destruido laboratorios de investigación avanzada. Irán niega que haya habido fugas radiológicas, pero se desconoce el estado real de los materiales almacenados.

Esta operación, aunque presentada como quirúrgica y limitada, podría marcar un punto de no retorno en la confrontación entre Irán e Israel. Y ahora, con Estados Unidos involucrado directamente, el conflicto escala a una dimensión geopolítica que amenaza con extenderse más allá del Medio Oriente.

La comunidad internacional observa con creciente inquietud. Mientras los líderes globales llaman a la moderación, las decisiones se toman a la velocidad de los misiles, y el reloj diplomático parece detenerse ante la inercia de una guerra que ya no es solo de palabras.

Publicar un comentario

0 Comentarios

AINEWS DIGITAL NEWS IN SPANISH