La cumbre entre delegaciones de Rusia y Ucrania renueva las esperanzas de alivio humanitario
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📍 Estambul, Turquía. Una vez más, el Palacio Çırağan se convirtió en el escenario de un encuentro cargado de tensión diplomática. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, confirmó este lunes que su gobierno está preparando un nuevo intercambio de prisioneros de guerra, tras una discreta pero intensa segunda ronda de negociaciones con representantes del Kremlin.
La reunión, celebrada bajo la mediación del gobierno turco, ha sido considerada por algunos analistas como un tímido avance en medio de un conflicto que parece resistirse a cualquier forma de tregua.
Una sala cargada de silencios y documentos
Según fuentes oficiales, el encuentro duró apenas una hora. Pero en ese corto tiempo, se intercambiaron documentos cruciales que definieron los primeros pasos hacia el próximo canje. La atmósfera, descrita por diplomáticos presentes como “fría pero sin rupturas”, deja ver que, aunque hay voluntad, la confianza entre ambas partes sigue siendo frágil.
Turquía, representada por su portavoz de cancillería Oncu Keceli, señaló que la cita “no terminó de manera negativa”, dejando la puerta abierta a nuevos diálogos.
El eco de mayo: 1.000 prisioneros, un precedente reciente
El anuncio llega apenas dos semanas después del histórico canje del 16 de mayo, cuando ambos países liberaron a 1.000 prisioneros de cada lado. Aquel acuerdo, impulsado por presión internacional y clamor interno, fue el más significativo desde el inicio del conflicto.
Ahora, en un nuevo intento por aliviar la crisis humanitaria, Zelenski ha asegurado que las gestiones continúan desde varios frentes diplomáticos, aunque sin precisar cifras ni plazos. Desde Vilna, donde participa en una cumbre de la OTAN, el mandatario remarcó que “cada soldado en cautiverio es una herida abierta para la nación”.
Una paz aún lejana
Pese al anuncio, la guerra no da tregua. Ucrania insiste en un alto el fuego inmediato, mientras Rusia continúa condicionando las conversaciones a reclamos territoriales y a la exigencia de neutralidad militar por parte de Kiev.
El papel de Turquía como mediador ha sido fundamental, pero no exento de críticas. Para algunos, Ankara busca capital político; para otros, es el único puente aún intacto entre dos mundos que se desangran.
Por ahora, la expectativa gira en torno al próximo anuncio oficial. ¿Habrá un nuevo intercambio masivo? ¿Podrán estos gestos construir un camino hacia la paz? Mientras tanto, las familias de los prisioneros esperan, entre la esperanza y el miedo, una noticia que les devuelva algo de lo perdido.
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