
Economía | Por: Alejandro Cruz
Un fallo que redefine la neutralidad en la red y sacude los cimientos del modelo comercial digital
Artículo
En una decisión que podría transformar profundamente el acceso a internet en Colombia, la Corte Constitucional ha prohibido que los operadores móviles impongan aplicaciones gratuitas dentro de sus planes sin el consentimiento expreso de los usuarios.
La sentencia, que ha generado sorpresa en el sector tecnológico y empresarial, surge tras una demanda presentada por la abogada Ana Bejarano. En ella, se cuestionaba la legalidad de la práctica conocida como zero-rating, una estrategia mediante la cual compañías como Claro, Movistar, Tigo y WOM ofrecen acceso gratuito a plataformas como WhatsApp, Facebook e Instagram, sin descontar del plan de datos del usuario.
Una red no tan neutral
Según el alto tribunal, permitir que estas aplicaciones dominen el tráfico de datos por su “gratuidad” vulnera el principio de neutralidad de la red. Este principio establece que todos los datos deben ser tratados por igual, sin discriminación ni preferencias. En otras palabras, el fallo protege el derecho de los ciudadanos a decidir libremente cómo y a qué contenidos acceden en la red.
El fallo marca un precedente inédito: las decisiones sobre qué aplicaciones incluir en un plan de datos deberán contar con el consentimiento explícito del usuario. Ya no será posible que las empresas impongan por defecto un conjunto de plataformas, moldeando el comportamiento digital del cliente desde el primer día.
¿Y ahora qué?
Aunque la medida no se implementará de inmediato, la Corte otorgó un plazo de un año para que los operadores reformulen sus ofertas comerciales. Esta ventana temporal se convierte en el último respiro de un modelo que ha dominado por años el mercado móvil colombiano.
Mientras tanto, las compañías del sector advierten sobre un posible aumento en los costos para los usuarios, quienes —afirman— podrían perder ventajas al tener que pagar por el uso de plataformas populares. No obstante, para Bejarano y otros defensores de la neutralidad, el verdadero beneficio es la autonomía digital.
Una puerta entreabierta hacia un nuevo internet
Este fallo no solo pone en jaque a las estrategias comerciales de los gigantes de las telecomunicaciones, sino que abre un nuevo debate sobre qué tipo de internet queremos como sociedad: uno dirigido por las decisiones del mercado, o uno donde cada ciudadano pueda construir su propia ruta digital sin ataduras invisibles.
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