
Su salida repentina alimenta las versiones de fracturas políticas en el alto gobierno
Artículo:
La Cancillería de Colombia amaneció este miércoles con una noticia inesperada: Laura Sarabia, hasta hoy ministra de Relaciones Exteriores y figura clave en el círculo de poder presidencial, presentó su renuncia irrevocable, alegando “diferencias de fondo con el enfoque actual del Gobierno”.
La dimisión, confirmada por fuentes de alto nivel en la Casa de Nariño, se produjo en medio de una creciente tensión entre la canciller y varios sectores del gabinete de Gustavo Petro, especialmente en torno a la política exterior hacia Venezuela, Estados Unidos y la ONU.
Una renuncia que no se negoció
Aunque el presidente Petro no se ha pronunciado públicamente, allegados a Palacio confirmaron que la renuncia de Sarabia fue inesperada y no buscó reversarse. Personas cercanas al despacho relataron que el detonante habría sido una serie de desacuerdos en torno a la nueva línea diplomática colombiana, que Sarabia consideraba “incongruente con los principios democráticos y los intereses estratégicos del país”.
En círculos diplomáticos se especula que la exfuncionaria habría sido excluida de decisiones clave relacionadas con el manejo de la crisis humanitaria en la frontera y la postura del país ante violaciones de derechos humanos en foros multilaterales.
Una pieza central del “petrismo duro”
Laura Sarabia, de 33 años, fue una de las figuras más influyentes del primer círculo de confianza de Petro. Tras su paso por la jefatura de gabinete, asumió la Cancillería en un momento crítico, con la tarea de reparar relaciones tensas con Estados Unidos y reposicionar a Colombia como actor global. Su renuncia abre un vacío político delicado, ya que se le reconocía como una funcionaria de férrea lealtad pero con voz crítica ante decisiones improvisadas.
Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores señalan que Sarabia había advertido sobre el debilitamiento de la carrera diplomática, el uso excesivo de designaciones políticas y la politización de los nombramientos en embajadas clave.
Ecos de crisis en el gabinete
La salida de Sarabia se suma a una serie de movimientos ministeriales recientes que han revelado fisuras internas en el Gobierno de Petro, particularmente entre sectores técnicos y el ala más ideológica del Pacto Histórico.
El silencio del presidente y la ausencia de un reemplazo inmediato han alimentado los rumores sobre una posible reestructuración del gabinete, lo que podría incluir también al Ministerio del Interior y al Departamento Administrativo de la Presidencia.
¿Una advertencia disfrazada de renuncia?
Analistas políticos interpretan la decisión de Sarabia no solo como una ruptura personal, sino como un mensaje silencioso de alarma sobre el rumbo que está tomando la política exterior del país.
En su carta de renuncia —que hasta ahora no ha sido publicada oficialmente—, Sarabia habría señalado que “la diplomacia debe ser un puente entre el Estado y el mundo, no un reflejo de intereses ideológicos volátiles”.
0 Comentarios
¡Tu opinión es importante!