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Trump suaviza postura sobre Ucrania, pero su ambigüedad no modifica estrategia de Putin

DN

Internacional | Por: Ethan Lyn Chen

El expresidente muestra señales de cambio ante la guerra, aunque no altera el rumbo del conflicto 😊

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La reciente evolución en el discurso de Donald Trump sobre la guerra en Ucrania ha captado la atención internacional. Durante una serie de declaraciones esta semana, el expresidente de Estados Unidos dejó entrever una postura más moderada frente al conflicto, lo que contrasta con su tono escéptico anterior hacia la OTAN y el apoyo militar a Kiev.

Trump, que ha mantenido una influencia significativa sobre el Partido Republicano y es uno de los protagonistas del actual escenario electoral estadounidense, evitó sus habituales ataques contra los compromisos transatlánticos. Por el contrario, hizo énfasis en la necesidad de una solución rápida al conflicto, sin precisar detalles sobre cómo lograrla.

Si bien este giro discursivo representa un cambio simbólico, los analistas coinciden en que no altera los fundamentos de la guerra ni los intereses estratégicos de Rusia. Vladimir Putin, cuya visión del conflicto está ligada a una narrativa histórica y geopolítica profundamente arraigada, no ha mostrado indicios de replantear su ofensiva. Para el Kremlin, Ucrania sigue siendo parte de una zona de influencia que no está dispuesto a ceder.

A pesar del reciente aumento de ataques rusos sobre zonas civiles —incluyendo bombardeos con drones y misiles contra zonas residenciales—, Trump no ha condenado de forma categórica la acción militar rusa ni ha ofrecido un plan concreto para enfrentarla.

Sin embargo, la actitud del expresidente dista de ser una validación directa a Putin. A diferencia de su primer mandato, ahora parece tener una relación más prudente con el líder ruso y una disposición ligeramente más favorable hacia la permanencia de Estados Unidos dentro de la OTAN.

Los peores temores de una retirada estadounidense del escenario europeo o de una suspensión total del apoyo a Ucrania no se han materializado, al menos en esta etapa de campaña. Pero el hecho de que Trump no defina con claridad qué haría de volver al poder mantiene la incertidumbre sobre el futuro del conflicto y de las alianzas occidentales.

Por ahora, la guerra continúa en los mismos términos: una ofensiva rusa que no cesa, una Ucrania que resiste con el apoyo de sus aliados, y una comunidad internacional que observa con atención cómo la política interna de EE. UU. puede influir —o no— en el desenlace.

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