Washington | Por: Juan Esteban Restrepo
La decisión del mandatario generó inquietud en sectores económicos por la estabilidad e independencia de los datos oficiales.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despido inmediato de Erika L. McEntarfer, comisionada de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), tras la publicación de un informe que mostró un crecimiento de empleo mucho más débil de lo previsto durante el mes de julio.
Designada en 2023 por el expresidente Joe Biden y confirmada por el Senado al año siguiente, McEntarfer fue señalada por Trump de presuntamente manipular los datos para favorecer a la vicepresidenta Kamala Harris en su carrera presidencial. La acusación, sin respaldo en pruebas, fue publicada por el propio mandatario en su cuenta de Truth Social.
"Las cifras de empleo deben ser justas y precisas; no pueden usarse con fines políticos", afirmó Trump, al tiempo que anunció el relevo inmediato de McEntarfer por considerarla una “designación política de Biden”.
El informe divulgado esa mañana reveló que la economía estadounidense sumó apenas 73.000 nuevos empleos en julio, cifra muy por debajo de las expectativas del mercado. Además, se ajustaron a la baja los datos de mayo y junio, con una corrección combinada de 258.000 empleos menos frente a lo informado inicialmente.
Estos resultados reflejan una desaceleración del mercado laboral en un contexto de incertidumbre por los nuevos aranceles aplicados por la administración Trump, lo cual ha generado una mayor cautela entre las empresas.
Pese a las acusaciones del mandatario, no existen evidencias públicas que respalden la versión de manipulación por parte de la BLS, organismo encargado de elaborar los principales indicadores económicos del país, incluyendo inflación y empleo. Tampoco se ha emitido hasta el momento un pronunciamiento oficial por parte de la Casa Blanca sobre el despido.
La destitución de McEntarfer reaviva el debate sobre la independencia técnica de las agencias estadísticas y el riesgo de que decisiones políticas afecten la credibilidad de los datos económicos en uno de los países con mayor tradición en transparencia estadística.
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