Alias Chirimoya, mano derecha de Chiquito Malo, fue abatido en Córdoba tras 21 años de carrera criminal y múltiples órdenes de captura por narcotráfico, homicidio y extorsión
Alias Chirimoya era uno de los principales lugartenientes de Jobanis de Jesús Ávila, alias Chiquito Malo, máximo jefe del Clan del Golfo, y dirigía la estructura Arístides Mesa Páez, con presencia en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico y Santander. Con una trayectoria delictiva de más de 21 años, Chirimoya era pieza clave en las operaciones de expansión del clan, especialmente en territorios estratégicos para la minería ilegal, la extorsión y el tráfico de estupefacientes.
Fuentes oficiales confirmaron que en su historial criminal figuraban cinco órdenes de captura en Colombia por delitos como homicidio, concierto para delinquir, narcotráfico y extorsión. Además, el gobierno de Estados Unidos había solicitado su extradición por su papel dentro de la estructura global del narcotráfico. La participación de la DEA en la operación demuestra la magnitud del golpe contra el Clan del Golfo, una organización que ha sido declarada como objetivo de alto valor por parte de ambos gobiernos.
El presidente Gustavo Petro fue quien confirmó la operación a través de sus redes sociales, destacando que el Clan del Golfo ha abandonado cualquier intento de acercamiento a la Paz Total, enfocándose exclusivamente en el negocio del narcotráfico y la trata de migrantes, especialmente en la zona del Darién. “Hoy el Clan del Golfo es un cartel dedicado al tráfico de personas y drogas. Ya no hay duda de su carácter criminal”, escribió el mandatario.
Alias Chirimoya también era protagonista de violentas disputas armadas con otros grupos ilegales como el frente Darío Ramírez del ELN y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada. Estos enfrentamientos han generado graves afectaciones humanitarias en varias regiones del norte del país, dejando desplazamientos forzados, amenazas a líderes sociales y asesinatos selectivos.
En paralelo a esta operación, la Policía también capturó en Turbo, Antioquia, a alias Chere, otro hombre de confianza de Chiquito Malo, señalado de coordinar ataques armados contra la Fuerza Pública. Estos dos golpes se suman a una ofensiva sostenida del Estado contra el Clan del Golfo en 2025, que busca debilitar el control territorial de la organización y frenar su influencia en rutas internacionales del narcotráfico.
La muerte de Chirimoya, considerado uno de los cabecillas más peligrosos del Clan del Golfo, representa un avance significativo en la estrategia de seguridad del gobierno nacional. No obstante, analistas advierten que estos logros deben ir acompañados de una mayor presencia institucional y programas sociales en las regiones afectadas, para evitar que nuevos líderes criminales ocupen los espacios dejados por los abatidos o capturados.
Por ahora, el país espera que estas acciones contundentes continúen debilitando a una de las estructuras criminales más poderosas de América Latina, mientras se reabre el debate sobre la eficacia de las estrategias de seguridad actuales y la necesidad de una política integral que combata no solo los síntomas del crimen organizado, sino sus raíces estructurales.
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