La cantante describe con crudeza una década de abusos, control y rituales perturbadores
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En una jornada que mantuvo en vilo a la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, la artista Cassie Ventura ofreció un testimonio escalofriante contra su expareja, el magnate musical Sean “Diddy” Combs, acusado de múltiples delitos que van desde abuso sexual hasta crimen organizado. Fue el segundo día del proceso judicial, y las declaraciones de la cantante, embarazada de casi nueve meses, conmovieron y estremecieron a los presentes.
Con voz tenue, pero mirada firme, Ventura reconstruyó ante el jurado una historia íntima cargada de violencia física, manipulación psicológica, coerción sexual y degradación. “Él controlaba cada rincón de mi vida”, dijo al describir una relación de más de diez años que, según su relato, fue una prisión emocional cuidadosamente construida.
Una red de poder, silencio y temor
Entre los momentos más impactantes del testimonio estuvo la descripción de los llamados “Freak Offs”, encuentros sexuales organizados por Diddy que podían durar días, con drogas, cámaras ocultas y actividades forzadas. La cantante reveló que era grabada sin su consentimiento y que estos registros eran usados como herramientas de chantaje.
Uno de los fragmentos más perturbadores se dio cuando narró —sin contener las lágrimas— cómo fue obligada a recibir orina en la boca, incluso hasta el punto de ahogarse. “Nunca me preguntó si quería eso. Era humillante”, afirmó. También relató cómo se le imponía hacer ejercicio extremo, se le retiraban el celular y la computadora como castigo, y se esperaba que mantuviera relaciones sexuales incluso durante su menstruación.
En un momento desconcertante, reveló que fue forzada a entrar, completamente vestida, en una piscina inflable llena de aceite para bebé, uno de los fetiches recurrentes del artista. Esta revelación cobró aún más fuerza cuando la fiscalía recordó que en 2024 fueron incautadas más de mil botellas de aceite para bebé en propiedades de Combs durante un allanamiento.
Armas, amenazas y el lado oscuro del lujo
La declaración también incluyó detalles sobre una ocasión en que Cassie fue obligada a portar un arma durante un viaje a Los Ángeles, mientras Combs confrontaba al empresario Suge Knight. La cantante, bajo efectos de hongos alucinógenos, sostuvo el arma durante más de una hora, sin comprender plenamente por qué. “Siempre sentí que era una táctica para mantenerme atemorizada”, confesó.
El equipo legal de Diddy ha intentado desestimar el testimonio argumentando que se trata de una intrusión en su vida sexual privada. Además, señalaron que el avanzado embarazo de Ventura podría generar empatía injusta entre los jurados, solicitando que no estuviera presente al momento de su ingreso. No obstante, la jueza denegó dicha petición.
Durante el contrainterrogatorio, los abogados intentaron retratar algunos eventos como consensuados. Sin embargo, incluso uno de los supuestos “acompañantes contratados”, Daniel Phillip, no pudo confirmar que Ventura actuara con plena libertad.
Un proceso que apenas comienza
A medida que el juicio avanza, el juez Arun Subramanian evalúa si permitirá la proyección de los videos confidenciales que formarían parte del expediente, enfrentando así un dilema legal entre el derecho a la privacidad de los involucrados y el interés público por conocer la verdad.
Sean Combs se ha declarado no culpable de todos los cargos. Sin embargo, la contundencia de los relatos de Cassie Ventura podría inclinar la balanza de un caso que amenaza con desenmascarar el lado más oscuro del entretenimiento y el poder en Estados Unidos.
La siguiente audiencia está programada para el viernes 16 de mayo, y se espera que nuevas pruebas y testigos profundicen una trama ya cargada de tensión, silencio y trauma.
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