
El gobierno Petro se adhiere oficialmente a la iniciativa china que redefine las alianzas globales.
Artículo
En una movida geopolítica de alto voltaje, Colombia firmará este miércoles 14 de mayo su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como la Ruta de la Seda, el ambicioso proyecto global del gobierno chino. Con este acto, el país entra formalmente a una red internacional de cooperación en infraestructura, ciencia y desarrollo impulsada por Beijing y ya integrada por 149 países.
Aunque el gobierno ha descrito el memorando como una “carta de intención”, su trasfondo va mucho más allá del protocolo. La firma tendrá lugar en Pekín, hacia las 10:30 a. m. hora local (9:30 p. m. del 13 de mayo en Colombia), durante un encuentro entre el presidente Gustavo Petro y su homólogo chino, Xi Jinping. A la reunión asistirán también la canciller Laura Sarabia y siete ministros del gabinete, incluyendo al de Educación, Daniel Rojas, quien confirmó su presencia en territorio chino.
Un documento negociado entre sombras
El borrador final del memorando fue construido por el Ministerio de Comercio, sin la participación directa de la Cancillería, lo que ha generado tensiones internas y descoordinación en la delegación colombiana. Según fuentes cercanas a la comitiva, hasta horas antes de la firma circulaban versiones diferentes del documento entre Presidencia, Comercio y Cancillería, lo que provocó molestias en el gobierno chino.
La ministra encargada de Comercio, Cielo Rusinque —abogada constitucionalista y actual superintendente de Industria y Comercio— lideró el proceso sin una consulta formal a gremios económicos ni sectores empresariales. Esta omisión ha despertado preocupación por una posible respuesta diplomática adversa de Estados Unidos, tradicional aliado de Colombia en la región.
Más que infraestructura: la visión de Petro
A diferencia de los memorandos firmados por otros países, el de Colombia plantea una cooperación más amplia que va más allá de carreteras y ferrocarriles. El enfoque se centra en tecnología, descarbonización, reindustrialización y acceso a cadenas globales de valor. Estos temas reflejan los ejes del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno Petro y fueron reiterados por el mandatario en su intervención en la Cumbre Celac-China del pasado martes 13 de mayo en Pekín.
El texto del memorando compromete a ambos países a fortalecer su conectividad en múltiples niveles: físico, comercial, financiero, humano y tecnológico. También menciona explícitamente el desbalance comercial entre China y Colombia —más de 13 mil millones de dólares en 2024— y propone avanzar hacia relaciones más equilibradas.
Las once claves de la cooperación
El memorando establece once áreas prioritarias:
-
Intercambio político;
-
Infraestructura física y digital;
-
Comercio e inversión con transferencia tecnológica;
-
Reindustrialización;
-
Cooperación financiera;
-
Intercambio cultural, educativo y sanitario;
-
Descarbonización económica;
-
Atención primaria en salud;
-
Desarrollo sostenible y medioambiente;
-
Ciencia, tecnología e innovación (IA, tecnologías cuánticas, investigación conjunta);
-
Gestión de recursos hídricos, residuos y desarrollo urbano.
Se incluyen además mecanismos concretos como becas, programas piloto, asistencia técnica, intercambio de conocimientos, y formación en emprendimiento, agricultura y energías renovables. Los programas estarán sujetos a cofinanciación y supervisión bilateral.
Entre las buenas intenciones y las consecuencias diplomáticas
Pese a su alcance temático, el memorando no es un tratado internacional ni impone obligaciones legales. Funciona como un marco simbólico de entrada al círculo estratégico de Beijing. Sin embargo, su valor es geopolítico: Colombia se sienta por primera vez en la mesa del bloque de cooperación que orbita alrededor de China y los Brics.
El viaje presidencial no es solo diplomático. Petro y su equipo ya se han reunido con la tecnológica Huawei, con la empresa China Harbor y tienen en agenda un encuentro con Dilma Rousseff, presidenta del Banco de los Brics, este jueves. Versiones extraoficiales indican que el gobierno colombiano buscaría acceso a crédito con condiciones más flexibles.
Mientras tanto, ministros como Yesenia Olaya (Ciencia) y Daniel Rojas (Educación) han publicado avances en sus agendas bilaterales, reforzando la idea de que el gobierno Petro busca reposicionar a Colombia como un jugador multipolar en un tablero global que ya no se rige únicamente desde Washington.
Un punto de no retorno
La firma del memorando marca un punto de inflexión: Colombia, tradicional bastión de la influencia estadounidense en Suramérica, abre una puerta simbólica pero poderosa a la esfera de cooperación china.
En la víspera de la firma, aún se hacían correcciones al documento. Pero la dirección ya está trazada.
El reloj corre. Y la geopolítica no espera.
0 Comentarios
¡Tu opinión es importante!