
Dos gigantes del fútbol colombiano se citan en una revancha de alto voltaje por la primera estrella del año.
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Barranquilla, junio 21 de 2025 — La espera ha terminado. La Liga BetPlay I-2025 ya tiene a sus finalistas, y el destino ha querido que la gloria se dispute entre dos colosos que ya se conocen en instancias decisivas: Independiente Medellín e Independiente Santa Fe. Una final que promete no solo emociones al límite, sino también una nueva página de historia en la rivalidad que crece con cada encuentro.
El duelo tendrá dos capítulos: el partido de ida se jugará el martes 24 de junio a las 7:30 p. m. en El Campín de Bogotá, con Santa Fe como local; mientras que la vuelta está programada para el domingo 29 de junio a las 6:00 p. m. en el Atanasio Girardot, donde Medellín intentará coronarse ante su gente. Un cambio de fechas inesperado —motivado por el masivo evento Rock al Parque— alteró la programación inicial, agregando tensión logística a una serie ya de por sí cargada de dramatismo.
Clasificados con estilos distintos, pero ambiciones iguales
El camino de ambos equipos hasta aquí ha sido tan diferente como efectivo. El Medellín avanzó con paso firme, dominando el Grupo A sin conocer la derrota. Santa Fe, en contraste, tuvo que sufrir hasta el final: un triunfo 2-1 sobre Millonarios en la última fecha del Grupo B lo catapultó a la final, desatando euforia entre los cardenales y frustración en la otra mitad de Bogotá.
Pero si algo une a estos finalistas, es el recuerdo fresco de una final reciente: la del segundo semestre de 2024, cuando Santa Fe se impuso con un global de 3-2, levantando su décima estrella. Hoy, Medellín sueña con revancha. Y no es cualquier trofeo el que está en juego: además del título, está en disputa un cupo directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026, lo que eleva las apuestas a nivel continental.
Entre cánticos, tensiones y promesas
Las tribunas ya palpitan. Las hinchadas ultiman banderas, cánticos y rituales, conscientes de que no hay margen para el error. Cada jugada podría ser decisiva, cada segundo vital. En Medellín, el “Poderoso” afila su ataque y refuerza la ilusión. En Bogotá, Santa Fe quiere sellar un bicampeonato que lo reubique entre los clubes más dominantes de la década.
La final está definida. Pero el campeón aún no. Y mientras el balón rueda, el país futbolero contendrá la respiración. Porque en Colombia, las finales no se juegan… se sufren, se gritan, se viven.
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