Rusia e Irak condenan ataques a Irán y alertan sobre una crisis de seguridad global

Internacional | Por: Ethan Lyn Chen

Moscú y Bagdad acusan a EE. UU. e Israel de violar el derecho internacional y piden calma

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Moscú/Bagdad, 23 de junio de 2025. Las líneas rojas se han cruzado. En una declaración conjunta que retumba en el tablero diplomático global, los gobiernos de Rusia e Irak han condenado con firmeza los recientes ataques de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares iraníes, advirtiendo que esta acción podría desencadenar consecuencias “extremadamente peligrosas” para la estabilidad mundial.

La reacción fue inmediata y coordinada. Vladímir Putin y Mohamed Shia al Sudani, presidentes de Rusia e Irak respectivamente, sostuvieron una llamada telefónica urgente en la que calificaron los bombardeos como una “grave violación de la Carta de las Naciones Unidas”. Lo que parecía una advertencia local ha tomado ya la forma de un frente diplomático en formación.

“El ataque no solo es ilegal, es irresponsable. Es una amenaza directa a la seguridad regional y global”, sentenció el Ministerio de Exteriores ruso, que exigió una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU y denunció el actuar “unilateral y agresivo” de Washington.

Desde Bagdad, la alarma también es palpable. Irak, que intenta sostener su frágil estabilidad tras años de conflictos internos, teme que la actual escalada se extienda como una mancha de petróleo sobre Oriente Medio. “No podemos permitir que se desate una confrontación que incendie la región”, afirmó el gabinete iraquí, llamando a todas las partes a la contención y el diálogo.

La declaración se produjo en un momento crítico: apenas horas antes de la llegada del canciller iraní, Abás Araqchí, al Kremlin. Una visita que, según fuentes diplomáticas, busca coordinar una respuesta regional frente al ataque y evitar que la tensión escale hasta un conflicto abierto.

Con el estrecho de Ormuz bajo amenaza de cierre, los mercados energéticos agitados y las capitales del mundo en estado de alerta, cada palabra se convierte en pólvora, y cada movimiento puede detonar algo mayor.

¿Estamos ante una nueva Guerra Fría energética, o el preludio de un estallido sin retorno?

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